Extintores
Los sistemas de extinción manual (extintores) son el elemento más común para la lucha contra el fuego. Existen varios tipos en función del fuego esperado, siendo los más comunes los de polvo y los de CO2.
Extintores de polvo:
Están compuestos por un polvo químico que es expulsado mediante nitrógeno que suele está integrado al mismo extintor, o bien en un recipiente adosado al exterior. Su uso es para fuegos de tipo A (materiales sólidos), B (líquidos o sólidos licuables) y C (gases).
Extintores de CO2:
Contienen el CO2 en forma líquida. Su uso es para fuegos de tipo B (líquidos o sólidos licuables, como el plástico). Se suelen utilizar para proteger riesgos eléctricos, dado que no provocan ningún daño a los equipos electrónicos al no dejar ningún residuo después de la extinción.
Extintores de agua + aditivos:
Contienen una mezcla de agua con un espumógeno. Son 100% biodegradables, no tóxicos y respetuosos con el medio ambiente. Su uso es para fuegos de tipo F generados por la combustión de grasas vegetales o animales. Son los fuegos que se originan normalmente en cocinas.
Extintores para metales:
Este tipos de extintores es especial para fuegos de origen metálico como el sodio, magnesio, potasio o muchos otros que estén reducidos en pequeñas partículas como el aluminio.