Todas las instalaciones de protección deben asegurar su correcto funcionamiento en caso de emergencia y para ello se debe mantener en perfecto estado de funcionamiento y garantizar la permanente disponibilidad de las prestaciones de los equipos.

Estos trabajos se realizan en todo caso siguiendo las indicaciones del RIPCI (R.D. 513/2017) y las directrices de la norma UNE 23580.

Mediante rigurosas auditorías periódicas, se evalúan, prueban, se corrigen deficiencias o averías que se puedan encontrar y se emite un certificado de los trabajos realizados y de inscriben todos los detalles en el libro de mantenimiento con todos los detalles de las inspecciones y correcciones realizadas.